Joaquín Cabezas habla de las necesidades de los jóvenes hepatólogos y de la recuperar las actividades que se han visto mermadas con la pandemia.

Joaquín Cabezas (Santander) está convencido de que si desde el principio clínicos y básicos trabajan conjuntamente, interaccionan, se conocen en definitiva cuando aún están empezando, cuando llega la hora de trabajar en proyectos mayores, de recorrido, ese engranaje ya está rodado y todo es mucho más sencillo y también más fructífero. Ese es, en su opinión, el principal valor de formar parte del Grupo Joven de la AEEH. Ese y el poder acceder, por ejemplo, de forma muy directa a hepatólogos de referencia a los que de otra manera sería complicado llegar.

Hoy por ejemplo, los Jóvenes de la AEEH tienen un encuentro con Thomas Berg. Y también, lógicamente el acceso a becas y premios, la posibilidad de que los pósters pasen a formato Comunicación para premiar el esfuerzo de los más jóvenes. En general, explica Cabezas, la Junta Directiva de la AEEH ha sido siempre sensible a las necesidades que ido planteado el Grupo que, por cierto, tiene entre sus planes hacer un workshop o jornada propia.

También quiere recuperar esos encuentros que, según su coordinador, son la «sal y pimienta de estos Congresos… esos que producen fuera del Auditorio y los Simposium y que permiten, en un ambiente más distendido, el acercamiento y la charla». Como con casi todo, la pandemia acabó con ellos pero parece que el Grupo Joven quiere recuperarlos. Y a la espera de que así pueda ser próximamente, de momento hoy se puede aprovechar el “almuerzo” con el profesor Berg.