El 19 de abril se celebra por primera vez el Día Mundial del Hígado. Con este motivo, los hepatólogos de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) y pacientes reclamamos a las administraciones españolas una mayor atención política para las enfermedades hepáticas, acorde a su creciente prevalencia e incidencia y a su elevado impacto sobre la salud de las personas y en el sistema público de salud. Especialistas y pacientes no dudan en considerar el incremento imparable de estas patologías como una “epidemia silenciosa” y consideran necesario darle una respuesta integral y coordinada que haga especial énfasis en la prevención y detección temprana.
Hasta ahora la atención política a las enfermedades del hígado ha estado centrada en las hepatitis víricas y particularmente en la hepatitis C. Dicho interés se materializó en 2015 en un gran acuerdo nacional que contó con la aprobación de todas las CC.AA. en el marco del Consejo Interterritorial de Salud, el cual ha resultado un gran éxito que ha permitido avanzar en el camino hacia la eliminación a la hepatitis C. Ahora, la AEEH considera necesario renovarlo y completarlo con otro acuerdo integral que aborde el conjunto de las patologías hepáticas. Se pretende de esta manera dar respuesta al cambio de paradigma actual de las patologías del hígado, con un creciente protagonismo de la enfermedad hepática relacionada con el consumo de alcohol y de la esteatosis hepática metabólica, asociada a obesidad y diabetes tipo 2, y popularmente conocida como hígado graso.
Promover el cambio de determinados estilos de vida y comportamientos que están detrás del incremento de la incidencia las enfermedades hepáticas no víricas debe ser uno de los grandes objetivos de esta estrategia nacional global. “Resulta necesario abordar de forma muy seria el consumo de alcohol a edades cada vez más tempranas, pues es ya la primera causa de desarrollo de cirrosis y de necesidad de trasplante hepático, además de que está detrás, directa o indirectamente, de más del 50 por ciento de los cánceres de hígado”. Igualmente, es necesario abordar y corregir la progresión del hígado graso, que afecta ya a más de 10 millones de españoles, de los que cerca de dos millones presentarían inflamación del hígado (esteatohepatitis) y, de ellos, 400.0000 presentarían ya una cirrosis hepática”, afirma el presidente de la AEEH, Manuel Romero.
La mayoría de las enfermedades del hígado pueden prevenirse. Sin embargo, esa prevención no se produce por el bajo nivel de concienciación sobre los factores de riesgo para la salud hepática y porque son enfermedades silentes: sus síntomas son inespecíficos y no se manifiestan hasta que el hígado presenta un daño elevado. “No podemos engañarnos, las enfermedades hepáticas no tienen visibilidad, y no existe concienciación social sobre sus causas, y todo esto se produce en gran medida porque no recibe la atención que merece de la agenda política. Colocar las patologías del hígado en el centro de la agenda pública sanitaria es, por ello, el objetivo que nos hemos marcado, y de ahí el Plan que hemos llevado al Ministerio y que queremos dar a conocer a todos los grupos políticos parlamentarios con la idea de hacer posible un acuerdo similar al que se aprobó en 2015 con el consenso de todas las CCAA, solo que en este caso ampliado a todas las enfermedades hepáticas”, explica el presidente de la AEEH.
El documento que ha presentado esta sociedad científica, en el que ha trabajado un equipo multidisciplinar de más de 60 expertos, aborda de manera conjunta y actualizada todas las enfermedades hepáticas, e identifica quince objetivos cruciales, clasificados en cinco ámbitos estratégicos (investigación, educación, salud pública, modelos asistenciales y digitalización) y tres grandes áreas de actuación (prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento). De estas tres áreas, el Plan de la AEEH pone una atención muy especial en la prevención y sensibilización social, así como en el diagnóstico temprano, pues las patologías del hígado son silentes, apenas generan síntomas específicos, por lo que se diagnostican en fases avanzadas, cuando han progresado a fibrosis o, en el peor de los casos, a cirrosis, lo que dificulta la reversión del daño hepático.
En relación con la prevención, el fenómeno que más preocupa tanto a los especialistas del hígado como a los pacientes es el elevado consumo de alcohol en personas menores de edad, lo cual refleja una pobre aplicación de la Ley que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas a estos menores y sobre todo una baja percepción social del riesgo de este consumo. Según los datos de la encuesta Estudes del año 2023, más del 70% de los menores entre 14 y 18 años habían consumido alcohol en los últimos doce meses y algo más de la mitad lo habían consumido en los últimos 30 días. Pero el consumo de alcohol no es el único problema. También preocupa la progresión del hígado grado, nuevamente por el impacto general en toda la población y por su crecimiento específico entre adolescentes y jóvenes, segmento en el que estudios recientes han estimado que hasta ocho de cada diez personas con sobrepeso presentan ya hígado graso, y se encuentran en riesgo de desarrollar una cirrosis a edades tempranas. La presencia de cáncer de hígado en pacientes con hígado graso en España se ha triplicado en la última década, por lo que es probable que la esteatosis hepática metabólica en la principal causa de cáncer de hígado en menos de una década. Para Eva Pérez Bech, presidenta de la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH), “invertir en la prevención de las patologías del hígado es invertir en salud pública”.
“En su momento conseguimos visibilizar y normalizar las hepatitis víricas y es el momento de hacer lo mismo con las nuevas enfermedades hepáticas: tenemos que visibilizarlas y normalizarlas para desnormalizar las causas que las hacen posible y al mismo tiempo evitar el estigma asociado a ellas”, explica el presidente de la AEEH, para quien “mirar para otro lado, como si no estuviera pasando, nunca es la solución, y menos en este caso”.